Ser curioso, cuestionar lo que se da por sentado, dejarse caer en la paradoja del genial Orson Welles (que puso patas arriba el mundo del cine haciendo un montón de cosas nuevas porque sencillamente “no sabía que no pudieran hacerse”), es la mejor opción para lograr destacar en los mundos de la publicidad y del marketing.
Aunque me gradué como Técnico Superior en Desarrollo de Aplicaciones Informáticas en la Universidad Laboral de Asturias, mi vocación siempre ha estado más cerca de la literatura, la publicidad y el marketing y he tenido la fortuna de poder desarrollar mi carrera profesional en trabajos vinculados a estos ámbitos.
Creo que, en la vida, hay pocas cosas que ganen en importancia a poder trabajar en algo que verdaderamente te guste. Algo que te aporte identidad y que te ayude a conectar de algún modo con tu parte más creativa.
Aunque tengo mucho más de lo que necesito, mi idea de la felicidad está más cerca de la renuncia que de la suma de cosas, por eso siempre digo que la felicidad es una forma de renuncia. Además, defiendo desde la elocuencia de la acción la idea del poeta madrileño Benjamín Prado de que tratar de ser feliz también es una forma de combatir a los que enemigos de la justicia.