No me he preocupado por el Black Friday en mi vida, y llevo más de una década dedicado al marketing digital.
He hecho campañas de Black Friday, claro -y diría que muy a mi pesar- pero cuando leo a profesionales del marketing decir eso de que “el Black Friday hay que empezar a trabajarlo con meses de antelación“, (que en mi cabeza suena como “il blick fridi hay qui trabajarli con…”,),y luego resulta que son los mismos que, año tras año, acaban haciendo campañas de un 80% de descuento, definitivamente me echo la mano a la pistola.
¿De verdad hay profesionales del marketing que llevan meses trabajando en el Black Friday?
Preocúpate, mejor, por todo de lo que te tienes que preocupar, que es mucho y valga la redundancia.
Preocúpate por tener algo bueno o diferente que vender, por venderlo bien y por dar un buen servicio en todo momento.
Preocúpate por conseguir crear una marca relevante y coherente, que inspire, y piensa en cómo deleitar a tu audiencia, piensa en quién es tu audiencia, y en muchas otras cosas más. Pero no pierdas energía en trabajar en un Black Friday cuya única ciencia es la del descuento puro y duro.
Si trabajas en tu marca y finalmente decides hacer Black Friday lo que conseguirás será poder vender mucho más con bastante menos de descuento. Si estás dándole vueltas a los descuentos y te alejas de todo lo anterior (porque todo tiene un coste de oportunidad o lo que es lo mismo “no se puede soplar y sorber a la vez”) te convertirás en esa marca pesada que solo sabe hacer remarketing, ofertas, promociones, sales, rebajas, ofertas especiales, ofertas super-especiales, last sales or whatever.
En definitiva, serás el “tío” del ¿quién ha invitado a ese tío a la fiesta?
Las cosas son como son y el Black Friday no tiene secretos: si quieres hacer BF sólo puedes comunicar descuento.
Cuanto más bestias (y por bestias quiero decir aberrantes) mejor.
Es eso o no hacerlo o cerrar tu tienda, como Patagonia o Minimalist, si mal no recuerdo.
No hay mucho más.
El Black Friday no va de grandes estrategias, ni si quiera de tácticas, va de eso: o lo haces o no lo haces (o incluso te posicionas en contra).
No te engañes y que no te engañen, porque no hay más. El mensaje, cuando más llano mejor: descuento.
A esos que te dicen que llevan meses trabajando en el Black Friday cabría recordarles que para hacer descuentos del 70% o el 80% no hace falta sonar para el Nobel.
Empecemos a hablar de marketing como lo que es y dejémonos de justificar nuestra falta de ideas y nuestra mediocridad con “meses de trabajo” en acciones fantasma.