Peces grandes, ecommerce pequeños

El ecommerce no es el nuevo maná, aunque muchos se empeñen en afirmarlo y a otros tantos se lo parezca. Por desgracia, la cosa no resulta tan sencilla como aparenta y no es suficiente con abrirse una cuenta en Shopify y sentarse a esperar pedidos.

La realidad es que los casos de éxito de pequeños y medianos ecommerce son relativamente escasos aunque eso sí, tapan todos los fracasos que hay detrás, muchísimo más numerosos.

Unas 9 de cada 10 startups no llegan a los tres años de vida según El País, y algo parecido sucede con los ecommerce, aunque resulte mucho más interesante contar la historia de Hawkers que la de las 1.789 marcas de venta online de gafas de sol que se quedaron por el camino.

Al amparo de la nueva fiebre del ecommerce post Covid proliferan nuevas marcas que se han lanzado a la conquista del Salvaje Oeste queriendo pescar en río revuelto hasta con las manos. Los datos de los titulares parecen propicios para clicar en el anuncio “Abre tu propia tienda online y empieza a vender por Internet en todo el mundo” pero en realidad, detrás de la aparente – y solo aparente – sencillez de la venta online en todo el mundo lo que hay es un mundo lleno de matices y dificultades.

Lees que un 13% de personas ha empezado a comprar online durante el confinamiento y que muchas lo han hecho, además, en categorías que tradicionalmente han estado menos vinculadas al ecommerce, y puedes caer en la trampa de pensar que todo el monte es orégano. Si en ese preciso momento te cruzas con un gurú 🚀 dispuesto a animarte / “ayudarte”: 1. prepara la cartera y 2. date por perdido.

Los datos son siempre interpretables y cuando un estudio dice que “casi la mitad de los compradores online ha utilizado alguna tienda especializada que no había utilizado con anterioridad, especialmente pequeños y medianos ecommerce”, puedes imaginar que entonces sí, que esta es la tuya. Y puede que lo sea, pero también puede que no porque aunque la mayoría de los datos que copan los titulares invitan a pensar que los ecommerce (todos) están haciendo el agosto, la verdad es que cuando rascas un poco más aparecen las vestiduras.

El dato anterior está obtenido del informe de Google “How to compete in ecommerce” y contrasta con la realidad de que la tasa de conversión de los ecommerce medianos se reduce de forma drástica cuando la comparamos con los grandes (Amazon, Zara, Mercadona…) Y si “drásticamente” les parece un término un poco difuso les aclaro: de un 15% a un 2% aproximadamente. Algo parecido ocurre con el recuerdo a las 72h de visita a uno y otro tipo de ecommerce, y lo mismo pasa con el tráfico. Las diferencias en los ratios son bestiales dependiendo del tamaño del ecommerce pero los titulares no buscan diferencias (solo clics).

Los gurús del gremio lo negarán (empeñados en sembrar de cadáveres el camino) pero la realidad del ecommerce se parece bastante a la realidad del mundo offline. Funciona la fórmula de la planificación y el trabajo (y por desgracia no siempre) y las oportunidades son siempre relativas.

Ya lo dice el refranero: no es oro todo lo que reluce.

 

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