You Are Fake News.

Desde que Donald Trump ganó las elecciones a la presidencia de los EEUU en 2016, el prestigio de Facebook ha ido de mal en peor. No es de extrañar. Como todo el mundo sabe – o puede que tal vez no – Trump utilizó datos del comportamiento de los usuarios en Facebook para ganar aquellos comicios. ¿Cómo lo hizo? Básicamente creó una red de noticias falsas que le ayudaron a conseguir votos.  Resulta difícil de entender cómo es posible que aunque todo el mundo tiene conciencia de este hecho, Donald Trump sigue presidiendo el país más influyente del mundo (claro que esa es otra historia).

En realidad, Trump no consiguió votos con sus fake news. No sucedió exactamente así. El equipo de analistas de Trump, que era realmente bueno en su trabajo, identificó que sería mucho más fácil (y mucho más rentable) quitarle votos a la candidata rival (Hilary Clinton) que conseguir votos para Trump. A toro pasado, no hay que ser un verdadero lince para intuir que quitarle votos a Hilary tiene que ser necesariamente más fácil que conseguirlos para Trump, pero es que, una vez que algo está hecho, tiende a parecer extremadamente sencillo.

Ese fue su gran acierto; los malditos analistas de Trump identificaron qué Estados necesitaban para ganar la presidencia y actuaron con mucha audacia. Por ejemplo, si eras un amante de las armas y vivías en uno de esos estados clave para la presidencia, es más que probable que recibieras alguna noticia en tu muro de Facebook del estilo: “Hilary Clinton prohibirá las armas de fuego si gana las elecciones“.

Estas fake news estaban auspiciadas por el equipo de Trump con el consentimiento de Facebook, que ni siquiera advertía de que ese contenido infame era además pagado, es decir: publicidad. Facebook sólo utilizaba mensajes confusos como Contenido Destacado.

Desde entonces, Facebook y las noticias falsas están en el punto de mira de todos y el debate ha acabado por pervertirse. Pensar que el problema está fundamentalmente en las noticias falsas es algo muy limitado. Es culpar al medio (que además no es un medio de noticias, aunque se vista de seda) y olvidarse del mensaje. En realidad, las noticias falsas existen casi desde que el hombre es hombre. ¿Acaso en la era previa a las redes sociales no había noticias falsas? ¡Por supuesto que sí! Las noticas falsas han estado ahí desde siempre y lo seguirán estando (aunque esto no quiere decir que no haya que combatirlas). Sobre todo se necesita generar cierto pensamiento crítico que las arrincone, que haga que la gente sonría cuando se topa con una.

Sinceramente, me preocupa mucho más enseñar a los jóvenes a cuestionar lo que se da por sentado, a que aprendan a valorar el origen de la información, a que busquen distintos puntos de vista y decidan por sí mismos, que todas esas monsergas al estilo Facebook Is New Evil. El problema seguramente no es tanto de Facebook (que también), sino de cómo millones de personas han llegado a creer que Facebook iba más allá de una red de entretenimiento. Tomarse verdaderamente en serio lo que aparece allí es… bueno, es como ir a la fiesta de cumpleaños de tu sobrino pequeño vestido de esmoquin.

Por eso, lo fundamental es concentrarse una vez en la educación, porque resulta la única manera de evitar que “los malos” triunfen (o sigan triunfando). Atribuirle a Facebook la responsabilidad de todos los fracasos del mundo sólo sirve para llevar el debate a su terreno.

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