Curioso caso de estudio. Siendo expertos en marketing, en Shopify no vieron venir el impacto que tendría no anticiparse al impulso en las redes de algunos —supuestos— gurús del marketing digital.
Hablo de hace unos quince años.
Hablo de esos que dicen que saben como hacerte ganar mucho dinero.
Digo que “no lo vieron venir” aunque tampoco es fácil verlo venir.
Fue aparecer Shopify y aparecer con él un buen número de visionarios diciéndonos por Youtube (que por entonces era “el sitio”, aunque nunca haya dejado de serlo) que ahora sí: que ahora era muy fácil ponerse a ganar dinero vendiendo online —y es que puede que Internet haya democratizado muchas cosas pero, sobre todas, la que más es la mediocridad.
En realidad, si estabas —o estás— pensando en montar tu propio negocio de comercio electrónico desde cero, seguramente el CMS que vayas a usar debería ser una de tus últimas preocupaciones. Los gurús que, por entonces, auparon a Shopify como la llave para vender online fácilmente, para ganar mucho dinero fácilmente, le hicieron un flaco favor a la causa porque para vender, para hacer negocio, online o no, no existe una sola llave milagrosa. Resulta que hay muchas puertas que abrir y que hay muchas llaves, y resulta que si quieres que el negocio funcione de verdad no hay atajos, así que olvídate de lo del fácilmente porque todas las llaves tienen que funcionar.
Vender no es tan fácil, con Shopify o sin él. Punto.
Un CMS adecuado es importante, desde luego, pero sólo cuando tienes claro absolutamente todo lo demás. ¿Y qué es todo lo demás?
Muchas cosas, claro.
Casi tantas como puedas pensar.
Desde un producto mínimo viable, hasta un plan de negocio y otro de marketing, pasando por un montón de detalles más que dejan al CMS en la parte baja de las prioridades. Al menos de inicio.
Decirle a la gente que con Shopify podrán vender muy fácilmente online es como decirles que comprándose las Air Jordan van a jugar muy bien al baloncesto.
No es honesto.
No es ético.
No es real.
Por eso creo que esa campaña espontánea de gurús pro-Shopify, en una fase tan temprana de la herramienta y del propio universo e-commerce, le hizo mucho daño a la plataforma (obviamente muy a su pesar).
Desde entonces, Shopify ha dado pasos importantes para corregir su imagen y lo más importante es que lo ha hecho basándose en seguir mejorando su software, pero también todo lo que le rodea. Su herramienta es cada día mejor y está unos cuantos pasos por delante del resto pero, además, se han preocupado de construir una comunidad a su alrededor (esta vez sí, libre de gurús) y de sentar las bases para una formación continua para todos los interesados.
Al estilo Google y entre otras cosas, han abierto country managers para impulsar el conocimiento sobre la herramienta, también han desarrollado campus nacionales, agencias especializadas y, cada trimestre, lanzan un boletín de novedades que hace que el que quiera estar actualizado lo esté de forma fácil, rápida y eficaz.
Conseguir lanzar un gran producto es una cosa. Manejar las expectativas de la audiencia al que va dirigido es otra cosa.
Shopify ha tenido la audacia (y a la fuerza ahorcan) de hacer crecer las expectativas de sus usuarios pero, ahora sí, desde el conocimiento. Han cambiado el discurso inicial y descontrolado de “Shopify va a hacer que te forres” por algo mucho más sutil y realista: “Shopify es la herramienta que necesitas para vender online y poder preocuparte por todo lo demás”. Todo lo demás que no sea tu CMS, se entiende.
Para que la comunidad entienda esta diferencia tiene que tener cierto grado de madurez o experiencia, lo cual es también un filtro muy útil.
Por eso, jugar la baza de mejorar las expectativas generando conocimiento es lo más acertado. De los cantos de sirena y de los charlatanes que aseguran ventas, métodos para crecer rápidamente y crecepelos baratos… los profesionales del marketing y del ecommerce estamos ya “refalfiados”, como decimos en mi tierra.