Papá, ¿por qué pitan a esos señores?

Hasta hace sólo unas semanas parecía imposible pensar en el público abucheando a los ciclistas a su paso agónico por los puertos de montaña del Tour de Francia.

Pero eso fue hasta hace sólo unas semanas.

Desde hace mucho – aunque no desde siempre – en el ciclismo se anima a todos los corredores. Los aficionados hemos entendido que el esfuerzo es tan fuerte y el mérito tan grande que lo contrario – animar sólo a nuestros preferidos – no tendría mucho sentido. Pero algo ha cambiado en este Tour. Algo se ha roto. Y la responsabilidad ha sido del Sky. De eso no tengo duda.

Verán, el Sky se presentó hace poco más de una década como la quintaesencia del juego limpio, como la renovación del ciclismo. El público por entonces estaba poco menos que conmocionado. Los aficionados habíamos digerido de una tacada el Caso Festina, la Operación Puerto y uno de los escándalos más fuertes (¿el que más?) de la historia del deporte, el de Lance Armstrong.

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Cuando todo parecía arrasado, apareció en Inglaterra el Team Sky abanderando el nuevo ciclismo: el ciclismo limpio. Sin embargo – y creo que es importante recordarlo llegados a este punto –  fueron los franceses los que verdaderamente lucharon contra el dopaje. Ellos fueron los que endurecieron las penas y lo criminalizaron y lo persiguieron.

Sky no ha hecho nada verdaderamente significativo contra el dopaje.  El equipo apareció justo cuando parecía que todo había pasado y prometió un ciclismo limpio, pero sólo eso:  prometió.  Desde entonces, ni han mostrado los registros médicos de sus corredores, ni han hecho públicas sus extinciones terapéuticas, ni han censurado las inyecciones de recuperación, ni han apartado a los corredores cuando han dado positivo.

A ningún aficionado se le escapa que el primer gran campeón de Sky, Sir Bradley Wiggins, pasó de ser un grandísimo corredor de pista a Campeón del Tour como por arte de magia. Pero eso no es suficiente para acusar a nadie. El problema viene después, cuando se conoce que Wiggins se trató un asma que sólo padecía durante las semanas del Tour con cortisona en 2012. Y se agranda cuando se sabe que Froome hizo algo parecido en 2013. Y eso sólo es lo que ha trascendido porque – ya lo hemos dicho – Sky no hace públicas sus extinciones terapéuticas.

La bola no deja de crecer cuando el director médico de Sky es requerido por el Parlamento Británico para aclarar las sospechas que planean sobre el equipo y ni siquiera se presenta. El Parlamento le exige entonces los registros médicos de los corredores pero el médico solo pide perdón, porque los ha perdido.

“Me han robado el ordenador”, dice.

Esperen. La cosa va aún más allá. Gracias a la investigación parlamentaria se sabe que Sky envió un paquete urgente con un medicamento desde Manchester a Francia para el propio Wiggins, que competía allí . Cuando el Parlamento pidió explicaciones sobre ese extraño envío, el director de Sky, Sir Dave Brailsford respondió que contenía Fluimucil.

Esta respuesta es para muchos, entre los que me incluyo, sencillamente un insulto.

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El Parlamento cierra la investigación con fuertes reproches hacia Sky. Les acusan de no colaborar. Mientras tanto Froome, otro corredor con una trayectoria que no apuntaba a campeonísimo convertido en milagro, sigue ganando Tours.

La cosa se pone verdaderamente mal cuando Froome da positivo en La Vuelta. No es un positivo, dicen, pero otros por menos han estado meses sin competir. Sky no aparta al corredor. De hecho, se empeñan en llevar las cosas hasta el extremo y aprovechando su inmenso poder presentan un informe que la UCI no puede rebatir, entre otras cosas porque consta de más de 8.000 páginas. El informe se lo encargan a la misma agencia británica que defendió que la EPO tampoco sirve para doparse, por cierto.

Y si seguimos rascando la cosa empeora aún más. Del 2013 al 2017 un ex del Sky estuvo al frente de la UCI. Las noticias sobre el uso de las extinciones terapéuticas de los Sky son anteriores al mandato del británico Brian Cookson como presidente de la UCI . El positivo de Froome aparece justamente con la llegada de un nuevo presidente – el francés David Lappartient. Antes y después, extinciones y positivos pero durante los cuatro años de mandato de Cookson, nada de nada.

Me imagino que algún niño le preguntaría extrañado a su padre por qué abucheaban a los del Sky. A nadie le gusta que pasen estas cosas pero ahí tienen algunos motivos.

Con todo ello, mientras a los aficionados no les salen las cuentas, el director del equipo Sky, Dave Brailsford -el mismo que le contó a todo un Parlamento Británico que enviaban Fluimucil en avión-, declaraba a la prensa hace dos días que “entra dentro de la cultura francesa abuchear a los líderes de la carrera”, que es algo cultural y que siempre ha sido así.

Otra bofetada a la verdad y al sentido común.

Seguramente por eso pitan al Sky.

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